La llegada del buen tiempo es la mejor excusa para disfrutar de la provincia de Burgos en familia. Todo el territorio ofrece multitud de espacios ideales para pequeños y mayores donde es posible viajar al pasado, como en Atapuerca, Paleolítico Vivo o el Museo de los Dinosaurios, disfrutar de enclaves únicos como la escultura más grande del mundo, complejos kársticos y minas de hierro, sal o manganeso y recorrer espacios naturales como el Cañón del Ebro o la Metrópolis Verde.
Además, todo el territorio favorece la práctica de actividades de turismo activo como piragüismo, ciclismo, equitación, senderismo, vuelo en globo o tirolina que permiten disfrutar de la variedad paisajística de esta provincia llena de contrastes.
Un mundo bajo tierra en Las Merindades
Con 18 cuevas y más de 100 kilómetros bajo la superficie, el complejo kárstico de Ojo Guareña es uno de los mayores del mundo. Creado por la erosión del río Guareña a lo largo del tiempo, hoy es uno de los grandes atractivos del noroeste de la provincia.
Una parte de este paraíso interior es visitable, con lugares como la gran cueva del Ayuntamiento con sus 400 metros de recorrido, la cueva-ermita de San Bernabé con sus pinturas murales, el sumidero del río y la Casa del Parque en Quintanilla del Rebollar.
Además, en toda la zona de Las Merindades existen multitud de posibilidades para disfrutar en familia: miradores sobre el Cañón del Ebro, el museo del Petróleo en Sargentes de La Lora o la estación de esquí de Lunada que en verano ofrece actividades como tiro con arco, paint ball y rutas a caballo.
El Nueva York de los Bosques en un enclave natural
El parque natural Montes Obarenes – San Zadornil es un lugar ideal para disfrutar de la naturaleza, gracias a unos paisajes montañosos y llenos de cortados donde nidifican gran cantidad de rapaces.
En las proximidades de este espacio natural, se halla el Nueva York de los bosques, una “gran ciudad” donde en vez de edificios lo que se eleva hacia el cielo son árboles agrupados en calles y barrios. Recorrer esta Metrópoli Verde es fácil y divertido gracias a su señalización y a actividades como paseos a caballo o con bicicleta eléctrica.
Además, quienes quieran descubrir los valores naturales del parque natural Montes Obarenes de una manera didáctica y divertida, pueden acercarse a su casa del parque, ubicada en Oña, una población con un enorme atractivo que forma parte, junto a Frías y Poza de la Sal, de la mancomunidad turística Raíces de Castilla.
Estas tres localidades se han unido para dar a conocer sus atractivos, entre ellos, el magnífico castillo de los Duques de Frías donde los más pequeños se sentirán como en un cuento o el espacio dedicado a Félix Rodríguez de la Fuente y el centro de interpretación de las Reales Salinas.
El lugar donde creció Félix Rodríguez de la Fuente
El naturalista burgalés más reconocido nació y creció en Poza de la Sal, localidad que le rinde homenaje con un espacio medioambiental dedicado a su figura. En él es posible descubrir cómo fue su infancia, sus vivencias y su inconfundible trabajo repleto de amor por la naturaleza y por las especies que la habitan.
No es lo único que ofrece Poza de la Sal. Esta localidad es famosa también por sus salinas, declaradas Bien de Interés Cultural. El centro de interpretación de Las Reales Salinas permite descubrir lo que es un diapiro, los usos de la sal y el trabajo de extracción que se ha llevado a cabo desde época romana en la zona.
Cómics y paseos en barco en Amaya
El centro de Interpretación Fabulantis en Villadiego es un rincón dedicado al cómic que homenajea a Ángel Pardo, dibujante del Capitán Trueno, que vivió y murió en esta localidad, un espacio en el que se premia la imaginación y la innovación con actividades interactivas como “Crea tu propio comic” o “Disfrázate de tu personaje favorito”, ideales para niños y adultos.
Otra de las opciones que ofrece la zona de Amaya son los paseos en barco por el Canal de Castilla, el único canal navegable de España. Construido entre los siglos XVIII y XIX para el transporte de cereales, su tramo burgalés se puede recorrer a bordo del “San Carlos de Abánades”, una embarcación que pasa por las localidades de Castrillo de Riopisuerga, San Llorente de la Vega y Melgar de Fernamental.
Arlanza. Entre burros, arte y cine
En el valle de Arlanza es posible seguir los pasos de una princesa noruega, obtener un diploma de jinetes de burros, visitar un cementerio de película, descubrir la escultura más grande del mundo y adentrarse en el desfiladero de La Yecla, un sinfín de actividades para disfrutar en familia que aúnan historia, deporte y naturaleza.
Madrigalejo del Monte es una de las pocas localidades que todavía se puede recorrer montado en burro. Un paseo para mayores y pequeños con rutas explicativas por la zona centradas en la fauna y la flora.
A poca distancia se halla la escultura más grande del mundo, territorio Artlanza, un espacio que recrea un pueblo tradicional y que ha sido levantado por Félix Yáñez. En sus 8.000 metros cuadrados, es posible encontrar diez plazas, museos con objetos rurales, escuela, fragua, panadería, capilla, calabozos… y casas hechas con materiales reciclados.
Y no hace falta irse muy lejos para visitar un cementerio de película, Sad Hill. Construido para rodar la escena del duelo final de “El bueno, el feo y el malo”, este espacio fue elegido por su paisaje, similar al de Arizona o Nuevo México.
Un viaje al pasado en Atapuerca y Paleolítico Vivo
La zona norte de la Sierra de la Demanda ofrece un auténtico viaje al pasado gracias a espacios como el Centro de Arqueología Experimental, Paleolítico Vivo y a una trinchera que traslada a la I Guerra Mundial.
Para que toda la familia conozca el origen del ser humano es necesario visitar CAREX (el parque arqueológico de Atapuerca y Centro de Arqueología Experimental), un centro situado en Atapuerca dedicado a la divulgación arqueológica. Su Parque Arqueológico junto al Centro de Visitantes recrean cómo vivían nuestros antepasados y los yacimientos donde aparecieron. Un espejo del día a día de nuestros orígenes que incluye instrumentos de uso cotidiano como herramientas, tejidos o cerámicas.
En esta misma localidad, se halla Mina Esperanza, una mina de hierro que se introduce en el corazón de la Sierra de Atapuerca. Más de 200 metros de galerías, que se recorren a la luz de un farol, en el único museo subterráneo de minerales de Europa.
Para seguir con el viaje al pasado, nada mejor que visitar Paleolítico Vivo, un safari en 4×4 que traslada a toda la familia al Pleistoceno, gracias a la introducción de especies que habitaban la Tierra hace 10.000 años y que incluyen bisontes europeos, caballos Przewalski, uro y tarpán.
Y más minería. El complejo minero de Puras de Villafranca permite adentrarse en la mina de manganeso más antigua de España para descubrir cómo se trabajaba el mineral en el siglo XIX.
Dinosaurios, fósiles y aventuras entre árboles en Tierra de Pinares
En Salas de Los Infantes, en la comarca de Pinares burgalesa, se encuentra el Museo de los Dinosauros, un espacio que reúne la colección más importante del país de fósiles de estos animales del pasado. Además de visitar las salas de Antropología y Paleontología y ver huevos fósiles de dinosaurios, es posible acercarse a diferentes yacimientos para ver las ignitas, las huellas de estas enormes criaturas.
A poca distancia de Salas, se encuentra el comunero de Revenga, un espacio rodeado de pinos que comparten tres localidades, Regumiel, Canicosa y Quintanar de la Sierra. Allí se ha levantado la Casa de la Madera, una construcción hecha con materiales de la zona con un espacio expositivo que adentra en el mundo de la madera.
También los árboles, y en concreto los pinos, son los protagonistas de la aventura en los árboles de Pino a Pino, el mayor parque de aventura en árboles en España.
Los olores y el pasado de la Ribera del Duero
Repleta de viñedos, la Ribera del Duero, ofrece muchas actividades para disfrutar en familia, por ejemplo, descubrir cómo vivían los romanos en Clunia, adentrarse en un cuento en el magnífico castillo de Peñaranda de Duero o visitar el único Museo de los Aromas de Europa.
Así, la ciudad romana de Clunia Sulpicia en el Alto de Castro permite imaginar cómo era el día a día de los romanos que habitaron estas zonas gracias a su teatro, a las termas, a las casas romanas y a la necrópolis.
Por su parte, en el Museo de los Aromas, en Santa Cruz de la Salceda, el sentido del olfato es el protagonista. Diferentes espacios, permiten acercarse a un universo sensorial único en el continente.